Traumas de la infancia
Se trata de experiencias negativas para el niño y para su desarrollo. También pueden afectar cuando comienza la etapa adulta y mantenerse durante toda la vida. Estos denominados traumas de la infancia, pueden afectar en la manera en que pensamos, actuamos y nos sociabilizamos. Pueden ser experiencias puntuales o duraderas, pero siempre negativas y, como hemos comentado, pueden llegar a dejar un impacto emocional importante en la persona.
CAUSAS
Las causas pueden ser muy variadas, pero también dependerán del carácter del niño y de su capacidad de sobrellevarlas. Algunas de ellas pueden ser:
-Malos tratos físicos o psicológicos: Agresiones por parte de la familia, de los compañeros de escuela, etc.
–El denominado bullying o acoso escolar: Es un tipo de maltrato psicológico, pero en ocasiones, también puede tratarse de violencia física. Siempre ha existido, pero en la actualidad tenemos la ley orgánica del 8/2021, del 4 de junio, que vela por la protección integral de la infancia.
-Falta de atención de los padres: El abandono, la despreocupación o la falta de atención por las necesidades del menor. Entre ellas la falta de escolarización, una escolarización inadecuada o, también, la mala alimentación.
-Separación de los padres: Puede ser recomendable el asesoramiento o la intervención de asistentes sociales o psicólogos. Éstos pueden ayudar a gestionar esta situación.
-Problemas físicos como enfermedades o algún tipo de discapacidad: Muchas veces, las personas no entienden la diferencia entre discapacidad o incapacidad. Hay personas con una incapacidad que pueden ser mucho más capaces que otras en según qué ámbitos.
-Accidentes violentos de tráfico: Mejor extremar las precauciones cuando se lleva un menor en un vehículo.
-La muerte de un familiar o ser querido: Hay que hablar con el menor y explicarle de forma relajada el proceso de la vida. Que se trata de algo natural sin darle excesivo dramatismo.
-Problemas de autoestima: Se daban más en épocas pasadas, cuando no se toleraba según qué comportamientos y cuando se menospreciaba al niño cuando no sacaba buenas notas. Hay que valorar a los hijos, pero siempre sabiendo poner límites a los malos comportamientos.
-Conflictos armados, actos terroristas o catástrofes ambientales: En nuestra sociedad, los conflictos armados solo los vemos por la televisión. Hay que hablar sobre ellos y empatizar con quien los sufre, junto con nuestros hijos. También puede darse el caso de la adopción de un menor que ha perdido a sus familiares en una guerra. Lo mejor es buscar un buen psicólogo que sepa y pueda ayudarnos.
-Casos de violaciones sexuales: En estos casos es importante, ante todo, la denuncia previa y el examen médico, pero no dramatizar. Puede ser necesaria la intervención de un psicólogo. Si se dramatiza sobre el asunto, el menor o la menor pueden verse afectados en sus relaciones de pareja en el futuro.
CÓMO ACTUAR
-En la mayoría de los casos, sería necesaria la intervención de un profesional, pero ofrecer un entorno estable, seguro y afectivo, es fundamental.
-Distraer al menor, sacarlo al campo, con la bicicleta, estimularlo en diferentes actividades.
-Los juegos de mesa son muy válidos. Cuando hay una cierta competitividad, podemos observar la reacción del menor en caso de que pierda una partida. Es importante atender a sus reacciones.
-Escuchar y valorar sus comentarios sin ignorarlos, ver películas adecuadas para el niño y comentarlas.
-Evitar frustraciones y potenciar las aptitudes del menor puede ser importante para proporcionarle un futuro feliz.
Autor: L.A.E.M.