Música clásica durante el embarazo
La mitología griega nos habla del mito de Orfeo, hijo de Apolo y Calíope. Esta leyenda relata el enamoramiento de Orfeo por los encantos de la ninfa Eurícide, la cual cayó rendida a sus pies dada la virtuosidad de él tocando la lira. Cuando muere la ninfa, Orfeo decide bajar al inframundo para rescatar a Eurícide y allí, se encuentra con el perro guardián del inframundo Cerbero. Según la leyenda, Orfeo consiguió calmar a la bestia y llevarse a su amada.
Todo esto, es una leyenda que nos habla del poder del amor pero también del poder de la música sobre el alma. En el siglo IV a.C., ya se hablaba de Orfeo, poeta y cantante, de quien se dice que fue el creador de la cítara y quien añadió dos cuerdas más a la lira. Es decir que, durante toda la historia se ha hablado de los beneficios de la música sobre el organismo.
Hoy día, se habla de musicoterapia y de sus aplicaciones en función de los Hercios o de sus ondas. Éstas pueden ser:
- Theta: de 4 a 8 Hz
- Alfa: de 8 a 12 Hz
- Beta: de 12 a 30 Hz
- Gamma de 30 a 90 Hz
Si existe un ambiente tóxico o estresante, la madre en gestación segregará las hormonas del estrés como el cortisol, la prolactina y el glucagón. Estas hormonas pueden ser muy perjudiciales para la madre, en algunos casos pueden provocar episodios similares a la diabetes, teniendo un hambre voraz y mucha sed. Pueden acelerar y alterar el ritmo cardíaco y pueden provocar insomnio. En mujeres no embarazadas, se puede dar el caso de ciclos menstruales sin ovulación, con la consiguiente incapacidad de quedarse embarazada e incluso en el caso de las mujeres gestantes, abortos espontáneos antes de las 12 semanas.
Procurarse momentos de tranquilidad escuchando música clásica pueden ser sanadores, relajantes y muy positivos para la estimulación del bebé. El Nocturno de Choipin, el Claro de Luna de Beethoven, algunas piezas de Mozart o de Vivaldi por mencionar algunas pueden tener efectos muy beneficiosos para el niño cuando vaya creciendo.
Autor: L.A.E.M.