La fiebre y sus causas

A Hipócrates (460 a. C.) se le considera el Padre de la Medicina y de sus Principios  Éticos. Entre otras aportaciones investigaba y recopilaba síntomas y signos para elaborar diagnósticos. A él se le atribuye la frase de: “Dame el poder de crear fiebre y te curaré cualquier enfermedad”.

La fiebre no es una enfermedad, se trata de una señal de que el cuerpo está tratando de luchar contra una patología o una infección.

La temperatura corporal puede variar de una persona a otra y también el malestar debido a su aumento que debe de estar en unos 37º Celsius. Siempre se considera fiebre si está por encima de los 37,9º C. Si está por debajo se trata de febrícula, pero también hay que controlar los días que dura.

La fiebre es un aliado nuestro que lucha contra una situación vírica o bacteriana y al mismo tiempo refuerza nuestro sistema inmune. Más abajo veremos como una simple gripe puede cursar con una fiebre alta mientras que una enfermedad mucho más grave puede cursar con muy poca fiebre o incluso con febrícula.

Normalmente la fiebre estacional puede cursar con otros síntomas como pueden ser:

-Dolores musculares

-Sudoración

-Malestar general

-Escalofríos

-Debilidad y falta de apetito

-Vacunas previas

Si se ha de contactar con un facultativo sería conveniente proporcionarle los datos tanto de la temperatura observada como del tipo de termómetro utilizado y del punto donde se ha tomado la temperatura. En el caso de bebés, siempre se recomienda la toma de temperatura rectal por ser más exacta. Siempre será algo más preciso el termómetro de uso oral, axilar o rectal que los de uso en el oído o en la frente.

Se debe de consultar con un médico cuando se observa tos con mucosidad, si se palpa la espalda de un niño y se observa una vibración o ruido anormal con la respiración.

Nunca se debe de administrar ningún tipo de antibiótico a ningún paciente sin la autorización de un médico. Tampoco se debe de abrigar en exceso a una persona con fiebre.

CUANDO NO SE TRATA DE UNA FIEBRE ESTACIONAL

 No hay que alarmarse porque muchas veces el entorno o la situación nos ayudarán a estar prevenidos, pero… es necesario tener presentes unas muy elementales nociones o conocimientos básicos que pueden salvar una vida. Hay que ser consciente de que una situación muy grave como una meningitis o una tuberculosis miliar pueden estar acompañadas de fiebre muy baja.

Es muy importante tener presente algunos síntomas, signos o condiciones que pueden existir junto con la fiebre alta o baja no estacional.

-Dolor de oído o de garganta

-Rigidez de cuello

-Que la fiebre dure más de dos o tres días

-Petequias (puntos rojos en la piel que no desaparecen al estirar de ésta).

-Existencia de convulsiones

-Infección o escozor en vías urinarias

-Vacunas previas

-Dolor o inflamación abdominal

-Fatiga

-Dificultad para respirar

-Persona fumadora o consumidora de tóxicos

-Persona inmunodeprimida…

En caso de personas con patologías previas, el médico acudirá y realizará un examen más preciso para ver si existen sibilancias y hay inflamación en los bronquios. En general realizará un estudio de la función respiratoria e indagará con la auscultación y la percusión si existe deficiencia respiratoria y si ésta es bipulmonar o sólo afecta a uno de los pulmones. También palpará la zona abdominal para completar su examen.

Él es quien decidirá lo que procede realizar según sus hallazgos, si hay que realizar pruebas de diagnóstico por imagen o analíticas de sangre o de otro tipo.

Autor: L.A.E.M.