La espirulina

Por un lado están los que califican a ciertas sustancias de “superalimentos”, lo cual, aparte de absurdo es peligroso. Lo correcto es llevar una dieta equilibrada y no pensar que existe un “superalimento” que la pueda sustituir.

Por otro lado, están los que dicen que las propiedades que se atribuyen a ciertos suplementos, no han sido probadas.

Las dos posturas son igual de absurdas y descabelladas, lo sensato sería en centrarnos en la composición del producto en cuestión y pensar si estos componentes son o no son necesarios para nuestro organismo y para nuestro estado de salud, siempre como hemos indicado anteriormente, sin abusar del producto en cuestión y si tenemos alguna duda, consultar con nuestro médico o farmacéutico.

En primer lugar, es interesante saber que cuando hablamos de la espirulina, nos estamos refiriendo a unas cianobacterias capaces de realizar la fotosíntesis oxigénica, es decir, producen la fotosíntesis en el agua de mar, de cuyo medio obtienen el oxígeno para su supervivencia. Concretando, son algas unicelulares con un pH de entre 8 y 9, es decir, con un poder alcalinizante muy elevado. Pensemos que nuestro pH interno se sitúa entre 7,35 y 7,45.

Muchos de los alimentos que consumimos son alcalinizantes y contribuyen a nuestra regeneración celular, entre ellos se encuentran frutas y verduras, frutos secos, semillas, etc. Es interesante saber esto, hablamos de un producto altamente alcalinizante y que, si lo consumimos, debemos hacerlo como suplemento en las cantidades indicadas en su envase.

Se sabe que, por ejemplo el cáncer, sólo se puede desarrollar en un medio acidótico y anaeróbico, es decir, carente de oxígeno y tóxico. La inflamación de nuestras articulaciones también va acompañada de toxicidad en los tejidos. Importante es recalcar que todos los suplementos son muy beneficiosos. pero tomados como lo que son, suplementos de una dieta equilibrada. Una acidosis se puede revertir fácilmente, una alcalosis no es tan fácil.

Propiedades:

El 57% del peso de la espirulina es proteína de origen vegetal, proteína sin los tóxicos que podamos encontrar en la carne.

De la espirulina podemos obtener las vitaminas E, B2, B3 y B6. No contiene la B12.

La espirulina es fuente de hierro, potasio, calcio, selenio, manganeso, fósforo y zinc. En algún artículo publicado ya se mencionó la importancia que tiene el selenio y el zinc para los problemas de próstata.

La espirulina contiene ácidos grasos esenciales, como el Ácido linoléico y el Ácido gamma-linoléico, indispensable para la creación de hormonas, para el correcto mantenimiento de nuestras funciones cerebrales y para un buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso, transmisión de señales eléctricas, etc. Estos ácidos grasos esenciales, hacen posible la segregación de prostaglandina E1, la cual es un potente antiinflamatorio que nos protege de dolencias en nuestras articulaciones.

Autor: L.A.E.M.