El Sexo También Es Medicina

Si nos detenemos a pensar un momento, reconoceremos que tanto lo bueno como lo malo entran tanto por la vista, el olfato, el oído y el tacto.

 

En este sentido, y rozando de paso la psicosomática, llegamos a la conclusión que diferentes situaciones como una relación tóxica, escuchar críticas de continuo o bien estar en un ambiente poco saludable, nos hacen estar en tensión. Es cuando el organismo entra en estado de simpaticotonía. Esto nos hace liberar hormonas del estrés, nos produce contracturas, taquicardia, elevación de la presión sanguínea, irritabilidad, hiperhidrosis, etc. Por el contrario, todo lo que nos pueda producir placer es positivo para la salud.

 

Siempre que nuestra pareja o la persona con la que podamos tener una relación sea de confianza y nos encontremos a gusto, el sexo o los juegos eróticos nos harán segregar  hormonas de la felicidad (dopamina, serotonina, endorfinas, oxitocina …). Sabemos que las endorfinas reducen el dolor y nos producen sensación de bienestar.

 

El sexo nos hace descargar tensiones y durante  el orgasmo se activan zonas del cerebro vinculadas a la motivación, la excitación, la recompensa o la actividad motora.

 

Tanto Freud como Reich coincidían en que las neurosis provenían de un bloqueo y una represión de la sexualidad. Los rasgos neuróticos de las personas eran producto de una sexualidad reprimida. Una persona neurótica con una restricción o supresión de la sexualidad puede llegar a provocar graves problemas a su pareja, de ahí la necesidad de consultar con un experto en la materia o con un psiquiatra.

Autor: L.A.E.M.