Aceites esenciales
¿Qué son los aceites esenciales?
Los aceites esenciales son sustancias intensamente aromáticas que se extraen de las diferentes partes de las plantas, de las flores y de los árboles mediante la destilación al vapor o el prensado.
Estos aceites son los responsables de las fragancias que se desprenden de la materia prima vegetal.
En la cosmética el uso de los aceites esenciales se remonta a miles de años atrás. Estas esencias se emplean desde siempre en la elaboración de cremas y de perfumes, aportándoles olores muy característicos.
En ciertas ocasiones pueden ser una buena opción a la hora de sustituir cualquier tipo de crema o de tratamiento de belleza.
Los aceites de ciertas plantas incluyen sustancias químicas naturales que aportan propiedades terapéuticas muy beneficiosas para nuestra salud y que han dado origen a la aromaterapia.
A su vez están muy presentes en la industria farmacéutica y en el sector alimentario, tanto en la pastelería como en la fabricación de licores.
¿De qué forma se administran los aceites?
Para aprovechar al máximo los beneficios de los aceites esenciales deberás usarlos de esta forma:
· Sobre la piel:
Se desaconseja el uso directo del aceite esencial sobre el cuerpo ya que puede irritar fuertemente la piel.
Se puede aplicar, en forma de masajes, en numerosas zonas del cuerpo frotando suavemente la frente, las sienes, el cuello, las muñecas, el pecho, el estómago así como los brazos, las piernas o las plantas de los pies.
Los aceites esenciales hidratan y nutren en profundidad sin dejar la piel grasa y con una sensación suave y aterciopelada.
· En baños aromáticos:
Es una de las formas más habituales y simples de preparar los aceites esenciales.
A través del agua caliente de un baño inhalamos el aroma de las esencias, por lo que se convierte en un momento muy agradable para el cuerpo a la vez que reconfortante para la mente.
· Mediante inhalación:
La inhalación suele ser una de las opciones más seguras en el uso de los aceites.
Con la ayuda de un microdifusor eléctrico de aceites esenciales, que propulsa las moléculas aromáticas en el ambiente, conseguirás inhalar el vapor y los aromas que de él se desprenden.
Si al agua hirviendo en una olla le añades 20-25 gotas de aceites esenciales los vahos se convierten en buenos descongestionantes para las vías respiratorias, dando buenos resultados.
Estos métodos de inhalación permiten que nuestro sistema límbico, encargado de regular la memoria, las emociones y el hambre se vean activados, consiguiendo el equilibrio y el bienestar que buscas.
· Vía oral:
Los aceites esenciales también se puede ingerir pero no es la mejor forma de tomárselos.
En la mayoría de los casos la toma deberá ser de 1 a 2 gotas y se recomienda mezclarlas con miel y agua o tisana calientes (y en tratamientos de 1 a 3 semanas de duración).
¿Qué propiedades tienen los aceites esenciales?
Las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales son muy beneficiosas para nuestra salud.
Además de sus cualidades aromáticas en la elaboración de cosméticos y de perfumes y en el sector alimentario, los aceites tienen excelentes propiedades terapéuticas para el bienestar de nuestro cuerpo.
De esta forma, se emplean para tratar diferentes problemas de salud y dolencias, estando muy presentes en la medicina natural.
Ahora bien, estos aceites tienen un gran número de aplicaciones, por lo que actuaremos en consecuencia según nuestras particulares necesidades.
Las acciones más destacables de los aceites esenciales son las siguientes:
· Antisépticas:
A principios del siglo XX, los investigadores Chamberland, Cadéac y Martindale demostraron que los aceites esenciales tenían un poder antiséptico (a diferenciar de la acción antibiótica).
En este sentido, el aceite esencial de limón resulta ser de gran ayuda por su poder bactericida y antiséptico.
· Relajantes:
Los aceites esenciales de lavanda o de naranja ayudan a dormir mejor y a relajarse.
· Purificantes:
El eucalipto, el de árbol de té o el aceite de romero son buenos purificantes del ambiente.
· Antiinflamatorias:
En este caso nos referimos a los aceites cítricos y también al aceite de gaulteria, con los que podemos conseguir reducir las inflamaciones.
· Cicatrizantes:
Los aceites esenciales de geranio ayudan a regenerar la piel y, por consiguiente, también a cicatrizar las heridas.
· Estimulantes:
El aceite esencial de menta es un buen aliado para estimular el cuerpo y la mente y para sentirse en general más activo.
· Acción sedante y espasmolítica:
Los aceites como la menta o la verbena, que incluyen anetol, se recomiendan para suprimir o disminuir los espasmos gastrointestinales. Suelen aumentar la secreción gástrica, por lo que son digestivos.
De la misma forma, ciertos aceites esenciales actúan como neurosedantes. Es el caso de la melisa, la lavanda y la valeriana.
Conservación de los aceites esenciales
Un aceite esencial puede llegar a conservarse hasta 2 años. Los cítricos pueden aguantar 1 año, sin embargo el árbol de té hasta 6 meses.
Estas son algunas reglas básicas que hay que seguir para su correcta conservación:
· Los aceites esenciales deben mantenerse siempre en botes de vidrio (azules, verdes o marrones) ya que son muy sensibles a los rayos ultravioletas, que modifican su estructura bioquímica.
· Deben almacenarse en lugares secos, frescos, protegidos del calor y de la luz, así como de la humedad.
· Tienen que guardarse en botellas o frascos bien cerrados (lo mejor es que sean herméticos). Hay que evitar por todos los medios que entre el aire, porque son altamente volátiles y suelen perder su acción.
· El lugar para almacenarlos debe estar bien ventilado.
· Después de su uso, no te olvides de cerrar el frasco para mantener la riqueza en moléculas del aceite esencial (y su eficacia).